Amado San José pedimos tu Santa intercesión por esta, la obra Misioneros del Amor del Divino Infante de Praga, y especialmente nuestro Fundador, Padre Mario, para que tu, como protector, nos acojas en unidad con la Santa Iglesia católica y nos guíes a la Gloria de Dios.

Dirige nuestros corazones al corazón de mamita Maria
Y al corazón del Niño Jesús
San José, fiel padre proveedor del Divino Niño, esposo virginal de la madre de Dios, protector poderoso de la Santa Iglesia, venimos a ti para encomendarnos a tu protección especial.
Nada buscaste en este mundo sino la gloria de Dios y el bien del prójimo. Totalmente entregado al salvador, tu felicidad consistía en orar, en trabajar, en sacrificarte, en sufrir, en morir por Él.
Fuiste un desconocido en este mundo pero íntimo de Jesús. Su mirada reposaba confiadamente en tu vida simple y oculta en Él.
San José, has ayudado ya a tantos hombres, recurrimos a ti con entera confianza. Tú ves a la luz de Dios nuestras necesidades, tu conoces nuestras preocupaciones, nuestras dificultades, nuestras penas.
Solicitamos a tu paternal amabilidad este asunto particular… (pedir por la intención).
“Amado San José pedimos tu Santa intercesión por esta, la obra Misioneros del Amor del Divino Infante de Praga, y especialmente nuestro Fundador, Padre Mario, para que tu, como protector, nos acojas en unidad con la Santa Iglesia católica y nos guíes a la Gloria de Dios”
La ponemos en tus manos que protegieron al Niño Jesús, pero antes que nada pide para nosotros las gracias de no separarnos nunca de Jesús por el pecado mortal, de conocerlo y de amarlo cada vez más, así como a su Santa Madre, de vivir siempre en presencia de Dios, de hacer todo en función de su gloria y el bien de las demás almas y de lograr algún día ver a Dios para alabarlo eternamente contigo. Así sea.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria
Oración para todos los dias
Amado San José, tu que fuiste el Padre y custodio de Jesús, tu que proveíste a María y al Niño Jesús en lo espiritual y en lo material, te pedimos tu Santa intercesión por esta, la obra Misioneros del Amor del Divino Infante de Praga, y especialmente nuestro Fundador, Padre Mario, para que tu, como protector, nos acojas en unidad con la Santa Iglesia católica y nos guíes a la Gloria de Dios.
PRIMER DIA
FE DE SAN JOSÉ
La fe es una virtud sobrenatural que nos inclina a creer todo lo que Dios ha revelado y la Iglesia nos propone. Es la virtud sobre la que se apoyan todas las demás virtudes, pues sin ella no participamos de la vida de la gracia. San José creyó con una fe tan viva que sólo la Santísima Virgen pudo aventajarlo. Toda su vida fue verdaderamente una vida de fe, un acto continuo de fe.
REFLEXIÓN
Amado san José, intercede para que Nuestro Señor les conceda la fe necesaria a los Misioneros del Amor del Divino Infante de Praga y a su fundador, el Padre Mario, para que puedan continuar la misión de presentar y defender con amor a los niños no nacidos, y a si mismo poder ejercer para ellos la paternidad a ejemplo de San José, para la Gloria de Dios.
Jaculatoria
San José por tu bondad concédenos nos acojas en unidad con la santa Iglesia católica y nos guíes en la Gloria de Dios.
Segundo dia
FERVOR DE SAN JOSÉ
El fervor es la prontitud de la voluntad en el servicio de Dios. San José, siervo bueno y fiel, siempre vivió y trabajó por hacer con perfección y diligencia la voluntad de Dios, aunque le ocasionara grandes sacrificios. Los que aman como San José están dispuestos a sacrificar todo cuanto el Señor les pida.
REFLEXIÓN
Amado San José, despierta el fervor en los Misioneros del Amor del Divino Infante de Praga y del Padre Mario para que velen con dedicación por la salvación de todas las almas de la iglesia militante, de los agonizantes y del purgatorio, hasta el retorno al Padre, para la gloria de Dios
Jaculatoria
San José por tu bondad concédenos nos acojas en unidad con la santa Iglesia católica y nos guíes en la Gloria de Dios.
TERCER DÍA:
AMOR DE SAN JOSÉ AL PRÓJIMO
El amor con que amamos a Dios y el amor con que amamos al prójimo es un solo amor: son dos ramas de una misma raíz porque si al prójimo no le amamos por Dios y con Dios no le amamos con amor verdadero.
El amor de San José a Dios es el mayor que se puede encontrar después de la Virgen María; su amor al prójimo, por tanto, es también el mayor después del de la reina del Cielo.
Reflexión
Amado San José, patrono y protector de la Santa Iglesia permite que los Misioneros del Amor del Divino Infante de Praga y el Padre Mario, velen por la humanidad e intenciones del Santo Padre Francisco para que con su ejemplo enseñen y vivan el amor a Dios, a la iglesia, al prójimo, para la gloria de Dios
Jaculatoria
San José por tu bondad concédenos nos acojas en unidad con la santa Iglesia católica y nos guíes en la Gloria de Dios.
CUARTO DÍA
PRUDENCIA DE SAN JOSÉ
La prudencia es la virtud que dirige todas las cosas a buen fin. Ninguna virtud obra sin que ella le ordene el modo y el tiempo en que debe hacerlo. La prudencia sirvió de guía a san José para llevar a cabo felizmente la misión del Señor de ser custodio de Jesús y esposo de María, a pesar de los grandes trabajos y contradicciones que halló a su paso.
Reflexión
Amado San José, inculca en los Misioneros del Amor del Divino Infante de Praga y en el Padre Mario la virtud de la prudencia, para que a ejemplo de San José lleven a cabo felizmente la misión encomendada y sepan acompañar a otros para que la encuentren y desarrollen, por la Gloria de Dios y el bien de las almas.
Jaculatoria
San José por tu bondad concédenos nos acojas en unidad con la santa Iglesia católica y nos guíes en la Gloria de Dios.
QUINTO DÍA
PUREZA DE SAN JOSÉ
San José fue custodio de Cristo Jesús, y verdadero esposo de la más pura criatura, María Madre de Dios. San José apareció a los ojos de Dios adornado con tanta pureza que el Señor le confió sus más grandes tesoros. Con este ejemplo sublime de pureza. ¿No nos animaremos a ser puros en pensamientos, palabras y obras?
Reflexión
Amado San José, que con tu ayuda y de la mano de mamita María, los Misioneros del Amor del Divino Infante de Praga y el Padre Mario puedan preservar en su alma la pureza, en sus pensamientos, palabras y obras, para que bajo la ayuda de tu santa pureza puedan amar y proteger con verdadera entrega el alma de cada hombre y mujer que se les confía
Jaculatoria
San José por tu bondad concédenos nos acojas en unidad con la santa Iglesia católica y nos guíes en la Gloria de Dios.
SEXTO DÍA
FORTALEZA DE SAN JOSÉ
La fortaleza es una firmeza de ánimo, una presencia de espíritu, contra todos los males y contrariedades. La vida de San José, después de la de Jesús y María, fue la que mayores contradicciones experimentó; debía ser también varón fuerte. Belén, Nazaret, Egipto, demostraron el heroísmo de la fortaleza del Santo, que sufrió con constancia todos los dolores y trabajos de su vida.
Reflexión
Amado San José, intercede para que los Misioneros del Amor del Divino Infante de Praga y el Padre Mario, reciban la fortaleza necesaria para encontrar la santidad, a pesar de los tropiezos que encuentren en su camino, así como mamita María sostuvo a Jesús en el cumplimiento de su misión y camino a la cruz.
Jaculatoria
San José por tu bondad concédenos nos acojas en unidad con la santa Iglesia católica y nos guíes en la Gloria de Dios.
SÉPTIMO DÍA
POBREZA DE SAN JOSÉ
Bienaventurados son los pobres de Cristo, que viven desprendidos de los bienes de este mundo y dan a sus hermanos aún de lo preciso. San José tenía ante sí el ejemplo de María y el ejemplo de Jesús, hijo de Dios, que para predicar el desprendimiento y amor a la pobreza se hizo pobre, teniendo por cuna un pesebre en su nacimiento. Vivió pobre San José y dio de su pobreza a los más necesitados.
Reflexión
Amado San José, intercede para que los Misioneros del Amor del Divino Infante de Praga y el Padre Mario, vivan con amor y generosidad, la pobreza, el desprendimiento de sí mismos, y de lo material, para que en todo encuentren la perfecta alegría y todo sea oportunidad de glorificar al Padre.
Jaculatoria
San José por tu bondad concédenos nos acojas en unidad con la santa Iglesia católica y nos guíes en la Gloria de Dios.
OCTAVO DÍA
PACIENCIA DE SAN JOSÉ
Es esta una virtud que nos hace sobrellevar con alegría y paz todos los males de la vida por amor de Dios. Es necesaria la paciencia para alcanzar el cielo; y no hay virtud de más frecuente ejercicio desde que existe el pecado. En la vida de San José hubo muchas penas, pero él padeció con paz, con alegría y completamente resignado a la voluntad de Dios
Reflexión
Amado San José, intercede en las dificultades que se les pueda presentar a los Misioneros del Amor del Divino Infante de Praga y al Padre Mario, para que tengan la serenidad y la alegría de saber unir sus penas a las de Jesús, como un fortín de gracia para ofrecer y poder presentar la mayor cantidad de niños no nacidos, y así ellos puedan encontrar la paz, la luz, la visión beatifica en el corazón de Jesús para la Gloria de Dios
Jaculatoria
San José por tu bondad concédenos nos acojas en unidad con la santa Iglesia católica y nos guíes en la Gloria de Dios.
NOVENO DÍA
CONFORMIDAD DE SAN JOSÉ CON LA VOLUNTAD DE DIOS
Todos tenemos absoluta necesidad de esta santa virtud, pues con ella nuestra vida se hace un cielo y sin ella se vuelve un infierno. San José, modelo acabado de todas las virtudes, lo es especialmente de la conformidad con la voluntad de Dios. Toda su vida sembrada de alegrías y de penas, es escogido por Dios Padre para que hiciese sus veces en la Sagrada Familia, asociado a la suerte de Jesús y de María, practicó constantemente esta virtud.
Reflexión
Amado San José, siembra en los corazones de los Misioneros del Amor del Divino Infante de Praga y del Padre Mario la necesidad de aceptar y amar la voluntad de Dios con sus alegrías y fracasos para crecer y ayudar a crecer en santidad a las almas encomendadas.
Jaculatoria
San José por tu bondad concédenos nos acojas en unidad con la santa Iglesia católica y nos guíes en la Gloria de Dios.
ORACIÓN FINAL Oración a San José
del Papa León XIII
A vos, bienaventurado San José, acudimos en nuestra tribulación,
y después de invocar el auxilio de vuestra Santísima Esposa, solicitamos también confiadamente vuestro patrocinio. Por aquella caridad que con la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, os tuvo unido y, por el paterno amor con que abrazasteis al Niño Jesús, humildemente os suplicamos volváis benigno los ojos a la herencia que con su Sangre adquirió Jesucristo, y con vuestro poder y auxilio socorráis nuestras necesidades.
Proteged, oh providentísimo Custodio de la Sagrada Familia la escogida descendencia de Jesucristo; apartad de nosotros toda mancha de error y corrupción; asistidnos propicio, desde el Cielo, fortísimo libertador nuestro en esta lucha con el poder de las tinieblas y, como en otro tiempo librasteis al Niño Jesús del inminente peligro de su vida, así, ahora, defended la Iglesia Santa de Dios de las asechanzas de sus enemigos y de toda adversidad, y a cada uno de nosotros protegednos con perpetuo patrocinio, para que, a ejemplo vuestro y sostenidos por vuestro auxilio, podamos santamente vivir y piadosamente morir y alcanzar en el Cielo la eterna felicidad.
Amén